La construcción de puentes ha sido un aspecto crítico de la ingeniería durante siglos, facilitando el transporte y el comercio en ríos y valles. Entre las muchas innovaciones en el diseño del puente, la introducción del acero como material de construcción primario marcó un punto de inflexión significativo en la historia de la ingeniería. El primer puente de acero jamás construido fue el puente Eads, ubicado en St. Louis, Missouri. Completado en 1874, esta notable estructura no solo transformó el transporte en la región, sino que también estableció nuevos estándares para la construcción futura del puente.